Autor: Cristina Millás Gómez
Ella cerró su puño, y sus rasgos se endurecieron, cerró la boca lo más fuerte posible y se dio la vuelta, comenzó a andar y de repente su mente se quedó en blanco y empezó a correr, como si estuviese siendo perseguida por una tromba de agua. Notaba como iba entrando en calor, y como su corazón se aceleraba y sintió las lágrimas que recorrían sus mejillas.
De repente ¡mierda!, ellos, un grupo de amigos, intenta hacer como si no los hubiese visto, pero es imposible, ya la han visto, y uno de ellos va en su busca, la para, la mira, y ve que ha llorado, tiene la cara tan roja…los labios hinchados, y los ojos inyectados en sangre.
-Qué te pasa
-Déjame quiero ir a casa
-Te acompaño (y pone su brazo rodeando su cuello, apretándola contra sí)
Ella lo vuelve a pensar y se pregunta, ¿pero a quién tengo que dar explicaciones?, ¿acaso alguien me las da a mí?, ¿acaso alguna vez me ha preguntado alguien lo que quiero? Hay alguien que se cree con el derecho de irrumpir en mi pensamiento…? Esto no puede seguir así. Y de repente piensa que es mejor apartarle de su lado, apartarle de su problema, y de paso, aprovechar para apartarle de su vida.
Y gritando y con mucha rabia le responde con un:
– Que me dejes, (y vuelve a iniciar la carrera.)
Ahora se siente todavía peor sobretodo porque él no tenía culpa de nada.
Pero quiere estar sola, no quiere ver a nadie, solo quiere meterse en la cama, ver un par de pelis, y dormirse. Mientras corre solo piensa en lo que tiene en su puño, quiere ponerlo a salvo, en esa caja vieja a donde van todo ese tipo de cosas…
Por fin llega al portal, abre el bolso, y busca las llaves en el compartimento adecuado…pero ahí no están. Apoya su pierna en el banco que hay delante de su portal y el bolso sobre ella, y busca las llaves, pero nada no hay manera. Decide llamar al portero electrónico, el problema es que tiene cámara, pero decide taparla con la mano como si estuviera bromeando, y contesta su madre
-¿Quién es?
- Ábreme, soy yo.
¡Bien! Ha funcionado. A ver si con suerte han dejado la puerta de arriba abierta y no tiene que dar explicaciones. Espera al ascensor, pero decide que va a subir por las escaleras…1, 2 ,3….y casi asfixiada llega al noveno. Siempre le gusto vivir en lo alto.
¡Bien! su plan ha funcionado. Se mete corriendo en el cuarto y se cierra con llave, rápidamente, suelta lo que estaba dentro de su puño en esa caja de Reebok classic, esas que cuidó tanto, y que si no hubiese sido porque le creció el pie, seguirían en uso.
La vuelve a cerrar, y vuelve a abrir la puerta. Se va al baño, se desnuda, y se mira al espejo…No entiende nada. Mientras escucha música, se lava el pelo, le gustaría estar en un SPA. De repente oye a su hermana Lara, gritando desesperada porque se ha encerrado en el baño, y se tiene que maquillar… Sale mojada, empapa el suelo y la abre.
Y sin ganas se vuelve a ir al cuarto pone la música a todo trapo, y…una llamada de teléfono, es ella, nunca falla, una especie de telepatía, o lo que ellas piensan que es telepatía, pasa por su mente. En realidad es que se llaman a todas horas y es difícil no acertar. Al menos ha conseguido que coja el teléfono.
-Tía paso de bajar.
-Si si, ya lo sé, que no tienes ganas de salir, que no te piensas arreglar, que te pones un chándal y bajas ¿no? (Es su mejor amiga, y al igual que ella no puede esperar a recibir una respuesta, está expectante ante el mundo que le rodea…Es casi imposible que deje de hablar…)
-Bueno pues ponte el chándal, pero aviso, luego te tendrás que subir a cambiar.
-Si si, vale 10 minutos y bajo. ( Por favor no me hagas esperar, hoy no…eh??
-Vale tía, vale…y se ríe como si n o fuese a ser posible
Hoy decide no darle el sermón con lo de la puntualidad. Es la mejor amiga del mundo pero el sentido de la puntualidad lo tiene en lo más profundo de su corazón. Claro que, todo se pega. Finalmente, opta por ponerse unos vaqueros, y una camiseta blanca, y una camiseta gris. Duda con el calzado. Se pone las Uggs, total, no tiene interés ninguno en ver a nadie especial. Baja las escaleras lo más rápido posible, se mira en el espejo que hay en el portal y con su flequillo tapa un poco su rostro. Toma un par de cervezas con su amiga, no tocan el tema. Antes de subir su amiga le ofrece una cerveza, ella prefiere subir y recuperar lo que era suyo. Sube se encierra en su cuarto. Baja la caja de la estantería, se sienta en la cama, y pone la caja enfrente suya… Mira la caja fijamente, pensando en todo y sin pensar en nada.
Al final abre la caja, la verdad es que tiene miedo, tiene miedo porque significa el final, el final de lo que creyó que nunca acabaría.
Y coge un barquito de papel, agrietado, sucio, reescrito…y se le cae una lágrima encima de él. ¿Cuántos años llevaba con ese barquito? 5 años, justo hoy hacía 5 años. De repente abre el barco y dentro hay una nota.
La nota dice así: VENTE A VIVIR CONMIGO, mira dentro de tu joyero.
Se le acelera el corazón y empieza a llorar.
-¿Quién es?
- Ábreme, soy yo.
¡Bien! Ha funcionado. A ver si con suerte han dejado la puerta de arriba abierta y no tiene que dar explicaciones. Espera al ascensor, pero decide que va a subir por las escaleras…1, 2 ,3….y casi asfixiada llega al noveno. Siempre le gusto vivir en lo alto.
¡Bien! su plan ha funcionado. Se mete corriendo en el cuarto y se cierra con llave, rápidamente, suelta lo que estaba dentro de su puño en esa caja de Reebok classic, esas que cuidó tanto, y que si no hubiese sido porque le creció el pie, seguirían en uso.
La vuelve a cerrar, y vuelve a abrir la puerta. Se va al baño, se desnuda, y se mira al espejo…No entiende nada. Mientras escucha música, se lava el pelo, le gustaría estar en un SPA. De repente oye a su hermana Lara, gritando desesperada porque se ha encerrado en el baño, y se tiene que maquillar… Sale mojada, empapa el suelo y la abre.
Y sin ganas se vuelve a ir al cuarto pone la música a todo trapo, y…una llamada de teléfono, es ella, nunca falla, una especie de telepatía, o lo que ellas piensan que es telepatía, pasa por su mente. En realidad es que se llaman a todas horas y es difícil no acertar. Al menos ha conseguido que coja el teléfono.
-Tía paso de bajar.
-Si si, ya lo sé, que no tienes ganas de salir, que no te piensas arreglar, que te pones un chándal y bajas ¿no? (Es su mejor amiga, y al igual que ella no puede esperar a recibir una respuesta, está expectante ante el mundo que le rodea…Es casi imposible que deje de hablar…)
-Bueno pues ponte el chándal, pero aviso, luego te tendrás que subir a cambiar.
-Si si, vale 10 minutos y bajo. ( Por favor no me hagas esperar, hoy no…eh??
-Vale tía, vale…y se ríe como si n o fuese a ser posible
Hoy decide no darle el sermón con lo de la puntualidad. Es la mejor amiga del mundo pero el sentido de la puntualidad lo tiene en lo más profundo de su corazón. Claro que, todo se pega. Finalmente, opta por ponerse unos vaqueros, y una camiseta blanca, y una camiseta gris. Duda con el calzado. Se pone las Uggs, total, no tiene interés ninguno en ver a nadie especial. Baja las escaleras lo más rápido posible, se mira en el espejo que hay en el portal y con su flequillo tapa un poco su rostro. Toma un par de cervezas con su amiga, no tocan el tema. Antes de subir su amiga le ofrece una cerveza, ella prefiere subir y recuperar lo que era suyo. Sube se encierra en su cuarto. Baja la caja de la estantería, se sienta en la cama, y pone la caja enfrente suya… Mira la caja fijamente, pensando en todo y sin pensar en nada.
Al final abre la caja, la verdad es que tiene miedo, tiene miedo porque significa el final, el final de lo que creyó que nunca acabaría.
Y coge un barquito de papel, agrietado, sucio, reescrito…y se le cae una lágrima encima de él. ¿Cuántos años llevaba con ese barquito? 5 años, justo hoy hacía 5 años. De repente abre el barco y dentro hay una nota.
La nota dice así: VENTE A VIVIR CONMIGO, mira dentro de tu joyero.
Se le acelera el corazón y empieza a llorar.

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